Nunca una palabra pudo describir tan bien un plato…o al menos eso nos parece con nuestra sugerencia para este #meatlessmonday. La comida y los alimentos nos despiertan multitud de sensaciones, eso unido a que las personas tienen sus creencias, rechazos o preferencias en cuanto a los alimentos, hace que a veces cueste cambiar de hábitos y seamos conservadores manteniendo los mismos durante toda la vida, sin reparar ni ser conscientes de que la insistencia en ciertas costumbres alimentarias nos pueden llevar a realizar carencias importantes o a estados patológicos.
¿Son difíciles de modificar lo hábitos alimentarios? se dice que son difíciles de modificar y raramente se cambian pero ¿cómo si no hemos llegado a este punto en nuestra alimentación, en la que dentro de la oferta que tenemos abundan productos que hace escasas décadas ni existían? Estos ajustes en las preferencias alimentarias suelen originarse en la propia comunidad y como consecuencia de cambios en la sociedad o económicos. Específicamente, los entornos que promueven hábitos alimentarios poco saludables (solo tenemos que ver alrededor) y la inactividad física tienen un papel fundamental en la extensión de la obesidad.
Incluso en la ausencia de un requerimiento energético específico, ciertos alimentos, especialmente aquellos ricos en grasas y azúcares ejercen como potentes recompensas estimulando nuestro apetito y promoviendo una ingesta excesiva especialmente de estos alimentos más palatables y densos a nivel energético.
Existen múltiples factores que influyen tanto personales como sociales. El hambre es uno de los principales impedimentos para alcanzar una exitosa pérdida de peso. Existen algunos estudios cuyos resultados preliminares apuntan hacia la eficacia del cambio hacia una dieta densa a nivel nutricional en el control eficaz del apetito. El incremento en el consumo de vegetales ya sean de hoja verde como otros ricos en nutrientes y alimentarse de forma saludable han demostrado ser más efectivos en el control de peso en el largo plazo ya que permiten disminuir la sensación de hambre incluso consumiendo una cantidad inferior de calorías.
En el proceso hacia un cambio de hábitos a nivel alimentario existe evidentemente un período de adaptación. Acostumbrarnos al sabor y la textura de los alimentos reales es algo gratificante, prescindir de ciertas técnicas culinarias que nos aportan más grasas y menos saludables, no azucarar ni edulcorar ( ni la comida ni la bebida!), disfrutar en definitiva de los sabores más originales y auténticos ( en contra de lo que nos pueda vender la publicidad ) usando técnicas sencillas para obtener preparaciones tan simples como llenas de sabor y nutrientes son pequeños cambios que pueden contribuir al éxito final.
Los alimentos de verdad han estado ahí siempre, siempre han formado parte de la oferta: frutas y verduras, granos y cereales integrales, pescados o carnes no procesadas, ¿por qué no moderamos el consumo de aquellos que son menos saludables?
Nuestra propuesta de hoy va en ese sentido, es sencilla, se combinan distintos sabores, texturas e incluimos alimentos muy ricos a nivel nutricional. Además me atrevería a decir que es uno de nuestros platos favoritos, solo tenéis que probarlo para saber si también es el vuestro!
Para los boniatos asados necesitaréis:
- 1 boniato mediano por comensal (ahora comienza la temporada y los encontraréis en su mejor momento)
- S&P
- 1C. de aceite de oliva virgen extra
Precalentar el horno a 200 ºC, una vez caliente introducimos en una bandeja forrada con papel vegetal los boniatos enteros previamente lavados con una pizca de S&P y un hilo de aceite de oliva. Podemos pinchar con un tenedor para que el calor penetre antes, otra opción es abrirlos a la mitad una vez transcurridos 20 min. ( a media cocción ). Una vez cocinados se reservan.
Para los frijoles:
- Frijoles o alubias negras (los nuestros son de La Bañeza) aproximadamente 3/4 taza de alubias ya cocidas por cada boniato. Siempre podéis cocer más cantidad y usarlas en otras preparaciones.
- 1 cebolla
- 6 dientes de ajo
- 1 pimiento verde
- S&P
- 2 C. de orégano
- 1 hoja de laurel
- 2 C. de aceite de oliva virgen extra
- 1 c. rasa de bicarbonato de sodio
Remojar durante al menos 8 horas. Cocemos en abundante agua fría con 1 hoja de laurel (opcional). La teoría nos dice que la legumbre debe ser cocida sin salar al inicio ya que la piel se endurece, pero la experiencia nos dice, tras muchas cazuelas de frijoles negros cocinados en casa, que para potenciar el sabor de la alubia negra lo haremos añadiendo nada más que una pizca de sal al comienzo junto a 1 c. de bicarbonato sódico, cocemos y una vez cocido, rectificamos el punto de sal al final. Si realizáis una cocción tradicional, una vez rompa el hervor bajamos a fuego medio y mantenemos durante 45min-1 hora aprox. Si usamos olla a presión y están remojados, 20 minutos serán suficientes.
Una vez cocidos, eliminamos parte del líquido dejando aprox. 2 dedos de líquido sobre las alubias. En un cazo rehogamos en 2 C. de aceite de oliva, la cebolla, los ajos y el pimiento verde finamente picados junto a la hoja de laurel, sal y pimienta, una vez dorados los vegetales añadimos el orégano y volvamos la mezcla sobre las alubias, cocinando durante 5-10 min. más para que se mezclen los sabores.
Para la crema de aguacate:
- 1 aguacate grande
- El zumo de 1 limón
- S&P
- 1 C. de aceite de oliva virgen extra
Batimos con la batidora de inmersión la pulpa de 1 aguacate grande junto al zumo de 1 limón, S&P y 1 C. de aceite de oliva. Presentamos colocando sobre el boniato asado, los frijoles y la crema de aguacate con perejil picado o cilantro al gusto.
Deseamos mucho que os guste! Si queréis conocer más sobre el boniato os lo contamos aquí y sobre el aguacate aquí, si necesitáis de algo de inspiración para las legumbres podéis consultar el recetario que confeccionamos a comienzos de año y que ha sido nuestra particular forma de conmemorar el Año Internacional de las Legumbres que este año promueve la FAO.
Gracias por seguirnos y leernos y sobretodo por atreveros a probar una alimentación diferente y más saludable!
Yo creo que cuando dejemos de confundir hambre con ansiedad, será la clave, o al menos, una de ellas…
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Gracias por tu aportación!!!! Efectivamente ganar consciencia a la hora de acercarnos al plato es una de las claves, saber si lo que sentimos es hambre fisiológica o emocional, porque esta última no se calma al comer, suele manifestarse mediante la preferencia hacia alimentos insanos o hacia algún alimento en concreto y surge espontáneamente, vamos….que no nos está rugiendo el estómago precisamente! Detectar en qué momentos aparece este tipo de hambre y ansiedad por la comida y analizar sus causas para ponerle a continuación solución es uno de los ejercicios importantes y que nos pueden llevar como consecuencia a cambiar pequeñas cosas en nuestro día a día. Muchísimas gracias por leernos siempre y participar con tus comentarios! Abrazo enorme ;D
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Felicidades, una receta 10.
Las fotos como siempre preciosas.
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Gracias Sara!!!!!!!
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